Tengo 103 razones para recomendar lo que fuera que haga Ricky Gervais. Al margen de que la Invención de la mentira (2009) es una de mis películas favoritas, lo que venga de Ricky será siempre celebrado y bienvenido por su originalidad, agudeza y humor extraordinario.
Cumplidos expuestos al buen Gervais, quiero hablar de la serie Derek (2012), porque cuando terminé de verla sentí la ansiedad de comentar, recomendar y apurar a mis amigos a que la vean. Me pregunté ¿quiénes la habrán visto?, ¿por qué no escuché comentarios o no vi fan pages en Facebook?, ¿por qué no estuvo entre las series más aclamadas por el público?… Lo más probable es que haya pasado desaparecida entre la variopinta oferta que tenemos en Netflix. Yo llegué a ella luego de ver After Life (2019), también de Gervais. De esta otra serie también haría una reseña porque igual obviamente me encantó, pero voy a esperar la tercera temporada. Además, aquí vine a platicarles sobre Derek, así que no me distraigan.
Resulta que Derek es de lo más sublime que podrás ver. ¿Sitcom?, ¿falso documental?, ¿comedia? Sí, de todo un poco. No es un formato “inédito”, sin embargo, sí una combinación muy bien pensada que termina entregando al público dos temporadas y un especial sensacionales.
La trama transcurre en un hogar de ancianos, donde Derek, el protagonista que da nombre a la serie, trabaja como cuidador, acompañante, junto con un equipo de personas igualmente adorables: Hanna, Dougie y Kev, personajes que cada uno merece honores aparte. Para esta reseña digamos que son su familia, un elenco de complementos y contrastes muy equilibrado (por cierto, a este reparto ya lo hemos visto en otras series de Gervais, digamos que son su banda, y vaya que se acoplan bien).
Hasta aquí no te dicho nada. Porque la sugerencia es a que cada quien descubra lo formidable de esta producción, de lo genial de sus caracteres y de todo su entorno. Por ejemplo, no podría explicar el sentimiento que genera ver el día a día del ocaso de los más viejitos; no sé si se trata de pena, tristeza, preocupación… vaya a saber lo que a cada uno le provoca la vejez. Pero el tema está ahí, y Derek convive con ellos; en ese ambiente que, si bien podría referirse como una cómoda sala de espera de la muerte, en realidad más parece un kínder, donde finalmente todo es juego y desasosiego. Y ahí es feliz Derek, siempre lo dice y lo resalta; se siente afortunado por estar cobijado en esta casa que ya es su hogar, donde a veces le tocan difíciles partidas… así como otras veces cálidas y alegres bienvenidas.
Quisiera ilustrar la bondad de Derek en su relación con los animales, desde un sapo cualquiera, un pajarito herido, hasta un perrito viejo que llevaban al asilo junto con otras mascotas para ser acariciadas por los viejitos. Parece menor este detalle, pero el efecto de ver este genuino amor y respeto hacia los animales te deja pensando… “¿haría yo lo mismo?”; “¿tengo el corazón de ese tamaño”? Y además el gozo, ver a Derek disfrutando videos de animalitos en youtube es ya es el colmo de la ternura, ¡apaguen la tele que se está derritiendo de amor!
Excesos al margen, Derek es un caballero, un amigo fiel, un trabajador leal, un hijo capaz de perdonar el abandono… un ser humano con virtudes elevadas. Esto es lo que logra entregarte Gervais en una actuación suprema. Derek parece tener una condición que posiblemente sea un nivel de autismo o retraso mental, nunca lo aclaran en la serie y para mí, espectador, fue lo de menos; me habrá llamado la atención los primeros minutos del primer capítulo, pero de ahí en adelante Derek te toma de la mano y te lleva a su mundo de la manera más dulce que pudieras imaginar. Le criticaron a Gervais la “crueldad” de burlarse de personas con “capacidades especiales”. Lo que me hace recordar el dicho: “dime de lo que presumes, te diré de lo que careces”. Quien haya visto “burla”, quien haya visto en Derek un “discapacitado” o bien alguien que merezca lástima, seguramente es un gran discriminador, un sujeto “políticamente correcto” que no acepta a los individuos diferentes.
Una frase de Derek que ya se hizo célebre es “no soy inteligente, no soy apuesto, pero soy amable”, y ciertamente este es su precepto ético. Yo creo que lo último que quiso Gervais es andar dando lecciones con la serie, pero su resultado sin duda es ejemplar.