Se trata de El Método Kominsky (2018), creación de Chuck Lorre el genio detrás de The Big Bang Theory, (2007 – 2019) y Two and a half men (2003–2015) dos de las sitcoms más exitosas de la Tv, entre otras producciones a la cabeza de este director y guionista estadounidense. Pero éste nada más es un dato referencial: la serie viene de muy buena mente.
Lo que aquí toca celebrar es la reunión de actores que ofrece este drama–comedia protagonizada por Michael Douglas, como Sandy Kominsky (protagonista) y Alan Arkin, como Norman Newlander (coprotagonista). Cada capítulo es una grata sorpresa, no solo por la trama –que de eso hablaremos enseguida— sino por el valor agregado de ver al reparto de invitados. De entrada, Michael Douglas te lleva por lo menos hasta 1992 a recordar Basic instint por ejemplo, o Shining Through del mismo año. Y Alan Arkin, que ganó el Oscar en 2006 por su representación del abuelo de La pequeña Miss Sunshine.
Ya con Sandy y Norman se tiene anfitriones de lujo. Pero como se ve que la apuesta es mayúscula, a ellos eventualmente los acompañan Danny DeVito (¡Danny DeVito!) el Pingüino de Batman vuelve (1992) o recordarlo mejor como el adorable Martini de One Flew Over the Cuckoo’s Nest (1975). El simpatiquísimo Paul Reiser, que fue Paul Buchman en la serie Mad about you (1992-1999). La preciosa Nancy Travis que se mantiene igual de guapa que en The Vanishing (1993). La sensual Jane Seymour, una de las primeras y más lindas chicas Bond con su aparición en Live and Let Die (1973). Lisa Edelstein, la exótica y enigmática Cody en la gran –gran- serie House M.D (2004-2012). Haley Joel Osment el niño “que venía gente muerta”, en The Sixth Sense (1999), y no se supo más de él.
Es decir, pura joya. Memorables rostros de la pantalla grande y chica; inolvidables personajes que te llevan a un feliz viaje a las extraordinarias películas de los memorables noventas…
Pero, más allá de remarcar el gran acierto en cuanto al reparto, el Método Kominsky es una magnífica propuesta narrativa acompañada de un exquisito guion. Rehuyendo a revelar de qué va la serie, es suficiente saber que toca –de la manera más sublime y delicada— situaciones de perdidas, duelos, enfermedades… pero también de enamoramientos, rencuentros y nuevos inicios. Se tiene una ficción que, con amables tintes de comedia, resuelve la muerte como compañera de la vida. Finalmente, de ese entendimiento se trata la vida, o como decía Antonio Machado, parafraseando a Epicuro, «La muerte es algo que no debemos temer porque, mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos».
Las dos temporadas están en Netlflix. Para fines de mayo se espera la tercera. La serie es muy buena, quizás esté pasado desapercibida entre múltiples estrenos y ofertas que solo “el algoritmo” sabrá por qué. Pero, en tanto los tiempos de esta plataforma lo permitan, todavía están a tiempo de verla. Muy recomendable para quienes gusten disfrutar de una comedia fresca y –lo mejor- con los grandes de siempre.